martes, 30 de agosto de 2011

Si el trabajo no va al desempleado, el desempleado va al autónomo

Si el trabajo no va al desempleado, el desempleado va al autónomo: No es que donde dije digo, digo Diego, pero sí, lo reconozco, no hace mucho escribía que el exceso de emprendeduría limita nuestra competitividad basándome en que nos hemos convertido en el país de las micropymes y adolecemos de una grave carencia de grandes empresas capaces de competir allende nuestras fronteras.

Sin embargo, en la situación actual en la que hay una demanda de actividad no reconocida pero al mismo tiempo no hay intención por parte de las empresas de contratar por miedo "a lo que pueda pasar", el autónomo se convierte en una opción para todos aquellos desempleados con una profesión y una experiencia muy definidas.

Desde pintores o fontaneros hasta programadores o médicos, para todos ellos el ejercicio como freelance, el autoempleo, puede ser la alternativa para encontrar una salida a una situación donde los ingresos son cero.

Incluso, como ha llegado a afirmar en más de una ocasión Leopoldo Abadía, si es necesario para iniciar la actividad entrar en un periodo de economía sumergida, eso será preferible a tener un "nada".

Evidentemente habrá profesiones, como la medicina, que son más sensibles a otros como la mecánica. Y además, es competencia desleal para otros profesionales legalizados. Pero en situación de necesidad lo primero es la supervivencia, encontrar alternativas... luego, cuando el pequeño negocio empiece a funcionar, se podrán afrontar los papeles... y la larga lista de costes públicos que conlleva crear una pequeña empresa. Pero esto, como última vía de escape.

Lo suyo es lo legal, por garantías propias y de tu cliente, porque aportas seriedad y confianza. Existen multitud de ayudas y mecanismos para abaratar los costes de un autónomo que empieza su actividad y muchísimas administraciones públicas, desde las más cercanas como los ayuntamientos hasta las más distantes, tienen servicios de asesoramiento y guiado.

En Internet, donde lees este texto y sin ir mucho lejos de lo que está tu teclado, tienes una gran cantidad de información a tu disposición. Úsala.Atrévete, no te quedes paralizado por la situación.

Empieza por la dos preguntas esenciales:


  • qué se hacer y


  • qué necesidades puedo cubrir con lo que sé hacer.


¡Adelante!

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