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| Viñeta de Renán Lima. |
Un currículo profesional tiene la misma función. El personaje principal de la historia eres tú. En esta historia es relevante la coherencia y la síntesis sobre el contenido principal a transmitir. Ese mensaje debe concluir y dejar en el recuerdo del seleccionador una idea clave: tú eres el candidato perfecto.
Al mismo tiempo, el currículo se comporta como las historias narradas a un público y desde un escenario. Y como tales, cada vez que se cuentan tienen algo único y específico para el público que escucha. El buen actor se adapta a las circunstancias y encuentra el modo de empatizar con los que le prestan su atención por un momento. Si no consigue enganchar a su audiencia en el primer momento, ha perdido su oportunidad.
Por último, el currículo tiene el mismo efecto en los seleccionadores que la publicidad en los televidentes. La saturación los ha convertido en consumidores insensibles e indiferentes a lo que un par de folios dinacuatro viene a contar sobre un desconocido. Son los spots más originales, los que narran una historia con creatividad y originalidad, los que no confunden con su mensaje, los que se dirigen específicamente a su target, los afortunados que consiguen captar la atención esperada y mover a la acción. En tu caso, tú quieres mover a una acción, ser seleccionado y contratado.
Así que, la próxima vez que vayas a presentar un currículo, personaliza tu mensaje, piensa en tu target, revísa críticamente para evaluar si realmente cuenta una historia y qué historia cuenta de ti.
Y, sobre todo, no te rindas... jamás. ;)
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